Desapareciste con la promesa de no marcharte, una mentira (esperada), ahora, yo escribo mi epitáceo.
Yo no pedí volver a saber de ti, no pedí que me hablases y por ende, no pedí que fueses parte de mi presente, pero tú, de forma egoísta, volviste.
¿Con qué cara debo quedarme? ¿Qué debo hacer? no tienes respuesta, no me hablas, siempre pasas, nunca contestas, sigues tu vida, yo haré lo mismo... ¿Volverás? No lo sé, yo seguiré amándote.
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