Era el final del mundo, me derretía a la sombra y mi cabeza no dejaba de repetirme mis errores, decidí apartarme con ese gin tonic y ahogar mis pensamientos, intentar ser menos negativo, pero en ese momento L.M. apareció por la puerta, me miró y me dio ese beso que tanto necesitaba, volví a ser yo, todo gracias a ella... mi odisea personal se superó y desde ese momento soy feliz.
Delirios... amores puros... L.M.
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